Deportivamente hablando, Moral de Calatrava es extravagante. No hay fútbol federado, ni balonmano, ni baloncesto… Por no haber, no hay ni campo de fútbol, esa seña de identidad, junto con la iglesia y el bar, de cualquier pueblo castellano. En Moral, el campo se quedó en el limbo, después de que el que había se convirtiera en un colegio y el que iba a haber se lo llevara la crisis.
En fin, que el único deporte federado es un equipo de fútbol-sala juvenil y el tradicional ciclismo moraleño. En Moral, además, florece una especia rara, única en la provincia, delicada y siempre amenazada: el bádminton.
Con poco más de 5.000 habitantes, Moral acoge al único equipo de bádminton de Ciudad Real, además de la delegación federativa provincial, gracias al esfuerzo, no siempre recompensado, de un puñado de “locos” por este deporte, al que se engancharon por casualidad. Ángel Flores es el entrenador del Club Bádminton Moral y cabeza visible de este proyecto que ha convertido a muchos moraleños en aficionados a un deporte con muy poca tradición por estos lares y del que apenas nos acordamos cuando vemos algún partido, de Juegos Olímpicos en Juegos Olímpicos. “El club nació a principios del año 2000”, cuenta Ángel Flores, “de la mano de un profesor, Luis Fernando Rey, que empezó a introducir el bádminton en las clases de Educación Física del colegio Manuel Clemente”. Además de en las clases, Demetrio Rodríguez, que por entonces era el conserje del pabellón Municipal, junto con varios amigos, empezó a practicar el bádminton como pasatiempo. Ángel, que también es maestro, con especialidad en Educación Física, trabajaba por entonces lejos de Moral, pero en los veranos se unió a aquel grupo, semilla del actual club. Afortunadamente, el bádminton está incluido en las competiciones de Deporte Escolar, con lo que los chavales que entrenaba Demetrio, que también el hacía las veces de presidente, acudían a las competiciones que se organizaban, aunque no fueran muchas. Además de en Moral, otra localidad calatrava, Miguelturra, sobresale en el bádminton provincial, además de Infantes, Puertollano o Llanos del Caudillo.
Los inicios
Ángel regresó a su pueblo en 2006, para trabajar en el Manuel Clemente y su “adicción” al bádminton se hizo incurable. “Yo era un aficionado, que me lo pasaba bien jugando, pero poco más”, recuerda Ángel, “pero me empezó a picar la curiosidad. Tuve que salir para aprender. No hay muchas facilidades para formarse en este deporte, porque hay que ir a Madrid, Sevilla y Barcelona”.
Curioseando por la web de la Federación Española, Ángel Flores se topó con un proyecto llamado “Se busca campeón”. La Federación se comprometía a entregar material a los colegios para fomentar este deporte y detectar el talento. Si algún chaval despuntaba especialmente, le daba un empujón. El “cole” de Ángel se acogió al proyecto y en un par de años ya tenían su campeón. Apunten el nombre: Antonio Bacete. La Federación se fijó en sus cualidades y le convocó para un par de concentraciones. Al tiempo que Antonio crecía, Ángel aumentó su formación y consiguió el nivel I de entrenador. Por cierto, que hay tres niveles y en España no se cursa el tercero.
Primeros éxitos
El club sigue dando pasos y hace unos cuatro años se federa a nivel regional. Antonio consigue, en Estella, el subcampeonato de España en dobles en categoría sub 13, en 2011, junto a la toledana Sara Peñalver, un aldabonazo más para el club. A Antonio se le unió su hermano, José David, que consiguió el subcampeonato de Castilla-La Mancha sub 11. Fue al Campeonato de España y con un jugador de Toledo, Álvaro Leal, se alzó con el segundo puesto en dobles. Los dos estandartes del club, los hermanos Bacete, entrenan en Moral, pero a las competiciones nacionales el mayor compite con un compañero de Albacete, Miguel Serrano, y el menor con el toledano Javier García de la Cruz.
Deportivamente, las cosas marchan razonablemente bien. El club cuenta con una media de 25 jugadores federados, aunque este año hay 18, cuatro de ellos de Llanos del Caudillo y tres de Ciudad Real. En Moral hay Escuela Deportiva de bádminton y en los colegios se practica este deporte con asiduidad. El interés por el bádminton sigue en aumento y cada vez son más los que conocen un deporte que “no parece muy exigente al principio, pero que requiere una gran potencia, mucha resistencia y mucha técnica. Es verdad que es sencillo jugar para divertirse, pero a un nivel competitivo es muy completo”, explica Ángel Flores.
Presupuesto austero
El verdadero problema es, cómo no, el económico. El Club Bádminton Moral maneja un presupuesto austero, apenas de 5.000 euros, con el que cubren los gastos en material deportivo. Las fichas se las costean los chavales, aunque no son demasiado caras. Y los desplazamientos, también corren por cuenta de los jugadores. El Ayuntamiento les cede las instalaciones para que entrenen, lunes y viernes, y una pequeña subvención cuando puede. A cambio, el club colabora en la organización de algunas actividades, durante las fiestas y en otras ocasiones. Pero el grifo de las subvenciones hace ya un par de años que se cortó. Siempre fueron modestas, pero ahora mismo no llega nada. Los ingresos proceden de alguna empresa, especialmente la Bodega Moralia, uno de cuyos socios es el padre de los hermanos Bacete, y de las cuotas que se cobra a los socios, que es de 40 euros al año. Eso les da derecho a entrenar dos horas semanales. Este año han puesto en marcha una iniciativa muy interesante, intentando involucrar a la familia en el desarrollo deportivo de sus hijos. Por 60 euros, toda la familia puede entrenar durante todo el año. “Este año se han animado muchas familias”, afirma Ángel, “y ahora mismo estamos en unos 40 socios”.
“Este año hemos estado a punto de no federarnos por los problemas económicos”, se lamenta Ángel, quien añade que “también han bajado las inscripciones este año. Y eso que no cobramos nada por enseñarles. Los federados corren por sus gastos y ya está”. “Falta cultura deportiva”, añade Sebastián Aldavero, otro de los monitores que tira del carro del Club Bádminton Moral, “muchas veces los padres no son conscientes de los valores que aporta el deporte. La base es el futuro de la élite. Si no lo cuidamos, estamos perdidos”. A Sebastián y Ángel hay que unir el nombre de Ramón Mayoralas, el único que continúa desde los inicios y que siempre ha estado en el club, arrimando el hombro en lo que fuera necesario.
El futuro cercano pasa por la organización, un año más, de la cuarta prueba del Circuito Regional Absoluto y Sub 13, que se celebrará en Moral el 10 de marzo. Mirando más allá, Ángel Flores no se atreve a soñar demasiado: “Sólo sabemos lo que tenemos ahora, lo que tengamos mañana… Los niños no siempre son fáciles y algunos, a los que se les adivina potencial, de la noche a la mañana dejan de venir. A pesar del tiempo que pasamos juntos, a veces nos da la impresión de que falta comunicación”.
Y es que el bádminton es una especie rara, que ha encontrado en Moral su hábitat para florecer en Ciudad Real. Requiere muchos cuidados y protección. De momento, en Moral de Calatrava unos pocos “locos” del bádminton mantienen vivo este deporte en nuestra provincia.